martes, 8 de abril de 2008

Relato de la Panela Cortecia de Agustín Juan Guastavino


Buenos Aires - La Panela - Buenos Aires.
Se dio la señal de largada el viernes 4 a las 1800 como estaba previsto, cumpliéndose el pronóstico de vientos leves del oeste, toda la flota largó con spinakers, con un bellísimo atardecer y la ciudad que desaparecía en la popa. No hubo mucho que pensar en la táctica, derecho, navegando un poquito por la aleta para barrenar y para evitar algún borneo rompecocos, navegamos algunos grados arriba del rumbo. Me fui a acostar para tomar la guardia de las 0000 a 0600. Cuando fue avanzando la noche el viento nos dio algunos nuditos más, yo sentí 18 knts aunque el instrumental de abordo marcaba unos generosos 24, con corriente en bajante caminamos entre 7 y 8 knts sobre el fondo. Una noche muy estrellada, calida y plagada de estrellas fugaces en el firmamento y bichitos de luz sobre cubierta. A las 0600 a punto de terminar mi guardia trabuchamos para poner rumbo a la marca, con el viento calmando la maniobra nos costó bastante tiempo y un enorme agujero de casi un metro de diámetro en el spi 0.6 debido a que el amantillo se lo llevó adentro del palo. Así terminó mi guardia subido al palo, navaja en mano destrozando un spinaker que me dio pelea y con un murciélago que volaba a mi alrededor. Debía estar tan confundido por mi presencia allí como yo con la de él. De vuelta en cubierta pinché el spi 0.75 que se izó sin problemas y fui a trimar la cucheta de babor, ¿o fue la de estribor? no lo recuerdo, y no sentí nada de lo que pasó mientras dormía.
Me desperté alrededor de las 0930 ya en agua de mar, el barco navegaba con buena velocidad, 6-7 knts, con el viento por la aleta, y algunos competidores no muy lejos que pude distinguir, el Bicho, el Ghost y un tercero que no reconosimos lamentablemente por proa, barcos a los que les pagamos, y el Daga venía detrás en dobles. Comenzamos a ver un punto negro en el horizonte, inconfundible, nuestro destino. Orzar La Panela fue una bellísima sensación, desde allí el camino era en bajada. Con vientos de 16-17 knts, nos decidimos por el G1, la maniobra impecable, arriba genoa, abajo spi, abajo tangón, trabucho genoa y a orzar para ir a casa. La flota después de tomar la marca se dividió nuevamente, quienes estaban adelante decidieron ir en busca de la costa, nuestra decisión, fue navegar por el medio, un poco cosiendo el rumbo directo, pero cuidando la tierra, navegamos con buena velocidad 6-5 knts, el viento calmando de a poco. Con rumbo al banco Jesús María, y el viento calmando, divisamos a los que habían tomado el camino de la costa, para orgullo de la tripulación, habíamos caminado mucho mas que ellos, y ahora nos encontrábamos adelante. Sin embargo, estando ellos mas cerca de la costa nos preocupamos por las posibles ventajas de viento que podían llegar a tener, así que decidimos no perderlos de vista, y navegar cuidándolos por lo menos hasta llegar a Jesús María, así transcurrió la tarde del segundo día.
Borde hacia fuera, muy lejos pero con rumbo a La Plata, ya no sabíamos quien era el perseguidor o el perseguido. La puesta del sol, nos dejo una calma de una o dos horas, que afortunadamente observamos afecto a todos los barcos. Nosotros decidimos esperar, en nuestra posición, mirando como el ETA al km 19 del acceso se iba a 60 horas. Por suerte duro poco y la intensidad comenzó a aumentar paulatinamente manteniéndose del oeste hasta llegar a unos 25 knts durante la noche, decidimos mantener el borde con buenas hasta llegar a la 19 esto fue toda la noche. Ya el cansancio afecta mis recuerdos, pero a mitad de la noche entre las 0200 y 0400 decidimos pasar del G1 que manteníamos con 20 knts y rachas al G3, luego de la maniobra tuve que bajar a ponerme ropa seca, ya que acumule varios litros de agua en mis botas y campera de agua. Navegamos con mucho menos escora, y mas velocidad, durante la noche el viento llego a 25, y perdimos completamente de vista a nuestros contrincantes hasta la mañana siguiente. Con el viento y la salpicada sobrevino el frío y comprendimos que La Panela, nos había tratado muy bien hasta entonces. La noche se mi hizo larga, acurrucado en la banda con el viento y las olas, pero finalmente salio el sol, vimos los edificios del puerto y sentimos que ya estábamos llegando, aunque faltaban varias horas de banda. Ya de día, decidimos tomar un rizo aunque deberíamos haberlo hecho hacía 6 horas. Tiramos bordes acercándonos a la costa para dar al puerto, no recuerdo en que momento pero el viento había rotado al WNW y NW por momentos. Las viradas fueron muy buenas, casi sin perder velocidad y acercándonos un poco al Bicho, que pensábamos estaba en nuestra popa. El Ghost, competidor en la serie se encontraba atrás, cosa que nos puso muy contentos pues existía la posibilidad de ganarle, luego nos dimos cuenta que a pesar de nuestros esfuerzos no alcanzamos a sacarle el tiempo necesario. Felicitaciones a su capitán y tripulación. Navegar por el antepuerto no nos llevó mucho tiempo, recordando la última llegada de Riachuelo.
Fue una muy linda experiencia, la vida a bordo fue excelente, la navegación fue rápida, nunca monótona, el barco se porto muy bien mostrándose feliz en su condición de vientos regulares. Y logramos terminar sin mayores inconvenientes una regata de casi 190 millas en 40 horas. Para nosotros eso ya huele a victoria. Espero poder correrla el año que viene, y espero que sean muchos mas los competidores. Nos vemos en el agua.

Agustín Juan Guastavino, Yunke.

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